¿Te suena esta frase? ¿Cuántas veces te la has dicho?

Sabías que cuanto más queremos un cambio, más nos saboteamos con pensamientos limitantes que impiden que logremos o alcancemos eso que deseamos, y allí surgen estos pensamientos como: no tengo tiempo, no tengo dinero, los niños etc. En fin, nos decimos mil excusas que nos hacen ponernos de última en la lista de prioridades.

Yo he logrado identificar con mi experiencia en el coaching de imagen dos grupos claramente definidos de mujeres cuando se trata de la imagen personal:

Uno que sabe perfectamente que solas no llegará a lograr los objetivos que desean porque requieren acompañamiento de un experto que las lleve de la mano y que además disfrutan el proceso de asesoría.

Y un segundo grupo, que duda sobre los reales beneficios que puede traerle invertir en sus sesiones y prefiere seguir consumiendo horas de contenido gratuito que lo que hace es confundirlas más y más, generando ansiedad y frustración por no lograr aplicar todo lo que leen.

Te invito a que pienses en la decena de prendas que tienes colgadas en tu closet y que no usas, que compraste y no lograste crear una combinación con esa prenda, que te pruebas y te das cuenta que no te luce bien y que peor aún, no conectan contigo.

Todo esto pasa porque has decidido comprar por impulso, sin conocerte, sin saber qué le va bien a tu cuerpo, sin tener claridad en tu estilo personal.

Cuando compras sin cuestionamiento, sueles comprar sin lógica, pero si cuentas con una asesoría, aprenderás a ahorrar y fijar tu atención en lo que sí vale la pena y es aquí donde te das cuenta que la asesoría es una inversión.

Recuerda que es importante invertir en tu imagen

Recuerda, que al final la inversión que hagamos en nosotras vale más la pena porque será una ganancia al largo plazo, que nos dejará un autoconocimiento de nosotras mismas.

Plantéate si seguir gastando tiempo en contenido gratuito es una opción o si es mejor una asesoría personalizada que aplique a ti y te permuta ahorrar tiempo y dinero.